martes, 27 de diciembre de 2016

Don Primitivo y los trebejos díscolos.



Don Primitivo y  los trebejos díscolos

Tenía ya don Primitivo una edad en la que el cerebro estaba demasiado oxidado y demasiado bajo en neuronas.
Siempre le había gustado a don Primitivo el ajedrez y, aunque nunca había llegado a ser un buen jugador, siempre fue un excelente aficionado.
 Se vanagloriaba, cada vez que se le presentaba la ocasión, de que había hecho tablas con Arturo Pomar en unas simultáneas, y, decía —Arturo Pomar no es moco de pavo, ya que este jugador con 12 años hizo tablas con Alekhine, y más tarde con el más grande: Bobby Fischer.
Conocía Primitivo el nombre de los grandes jugadores mundiales: Fisher, Alekhine, Kasparian, Euwe, Capablanca, Najdorf, Botwinnik, Nimzowitsch, Lasker, Tarrasch y otros muchos. Había estudiado algunas de sus partidas, pero quien más le había llamado la atención fue Joseph Henry Blackburne al que sus rivales denominaban “el peligro negro”. Estuvo este jugador jugando hasta más de los setenta años con un alto nivel. Ganando incluso a jugadores como Alekhine o Nimzowitssch; por una partida con este último en Petersburgo en el año 1914 le dieron el premio a la brillantez en un torneo. Don Primitivo se la conocía de memoria.
He aquí la partida: Blackburne - Nimzowistch

   1º. e3 d6                    2º. f4 e5                 3º. fxe5 dxe5      4º. Cc3 Ad6          5º.  e4 Ae6                         
  6º. Cf3 f6                   7º. d3 Ce7              8º. Ae3 c5             9º. Dd2 Cbc6      10º. Ae2 Cd4
11º.0–0 0–0                  12º.Cd1 Cec6        13º. c3 Cxe2+      14º. Dxe2 Te8       15º. Ch4 Af8
16º. Cf5 Rh8                17º. g4 Dd7          18º. Cf2 a5            19º. a3 b5             20º. Tad1 Tab8
21º. Td2 b4                  22º. axb4 axb4      23º. c4 Ta8           24º. Df3 Ta2         25º.  g5 g6
26º. Cg4 gxf5               27º.Cxf6 Cd4        28º. Df2 Dc6        29º. Cxe8 Dxe8    30º.  Axd4 exd4
31º. exf5 Ad7               32º.Te1 Df7          33º. Dh4 Ta8        34º. Tf2 Ac6         35º.  Dg4 Te8
36º. Txe8 Dxe8             37º. Te2 Dd7        38º. Te6 Aa8          39º. g6 hxg6        40º.  Txg6 Dh7
41º. Dg3 Dh5               42º. Tg4

Últimamente don Primitivo no dormía muy bien, y además se pasaba las noches soñando cosas raras.
Las últimas noches don Primitivo soñaba que jugaba una partida de ajedrez en la cual él jugaba con blancas y las negras jugaban solas. Y era que las piezas le hablaban y se rebelaban contra sus movimientos.
¿Pero, cómo a tu edad te atreves a jugar una española? — le dijo el rey blanco a don Primitivo. Tú ya no estás para jugar aperturas abiertas, es mucho mejor jugar una apertura cerrada. Tenemos más posibilidades de ganar con las cerradas ya que en las aperturas abiertas te descuidas con facilidad y el equipo negro nos ganan rápidamente.
Bobby Fisher casi siempre jugaba aperturas abiertas y llegó a ser campeón del mundo, ¡listillo! – le respondía don Primitivo.
Ja, ja, ja —le respondía el rey— te quieres comparar con el gran Fisher, ¡pobre pardillo!
En otro momento era el caballo el que protestaba: Siempre me cambias a mí primero, ya estoy harto. Siempre prefieres antes al alfil que a mí, y yo, que lo sepas, soy muchísimo más valioso que el alfil y sobre todo al comienzo de partida.
Y así noche tras noche; unas veces la dama, otras veces las torres y casi siempre los peones, que se negaban todos a que los retirasen tan pronto del juego. Todos se mostraban díscolos con los movimientos de don Primitivo.
Quizá podemos imaginar que los trebejos al ser seres inanimados, no sentían la compasión y la compresión que hay que sentir con personas de esta edad y en este estado.
El caso es que don Primitivo sufría muchísimo en sus sueños, y más de una vez sudoroso y jadeante se despertaba gritando: «“¡porque a mí me da la gana, y se acabó!” “¡Yo soy quien manda, cojones!” “¿Qué te crees tú?”»
Y sucedió que una noche teniendo un enfrentamiento muy duro con la dama, porque en una jugada le dieron un jaque doble donde la dama quedó apresada. Discutieron acaloradamente, se insultaron sin mesura de ningún tipo y fue que en un momento de la disputa don Primitivo dejó de hablar, se quedó dormido, dejó de soñar y de sufrir y nunca más volvería a tener sueños de ningún tipo. Acabó su última partida en un sueño.